Cuando quieres a alguien hasta el punto de perderte a ti mismo. Y cuando la heridas no paran de sangrar, que ojalá me dejaran cicatriz para poder ir presumiendo de la dura batalla. Pero no, tu nunca cicatrizas, siempre serás una herida abierta, una sección en pleno corazón abierta de par en par, en la que cualquiera puede meter la mano, pero solo tu eres capaz de llevártelo.
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