EL MUNDO SE DERRUMBA Y NOSOTROS NOS ENAMORAMOS.

¿Quien dijo algarabía? Llamémosle arte.

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El avión no saldrá, turbulencias al sur de ti. En pantalla se lee que tal vez yo falle. En la  radio un "mayday". Siempre supe que vas a diez mil pies sobre mí, me gustaba contar que conmigo eras feliz, que íbamos a volar. Y ahora estoy aquí y tú no estás en la terminal. Solo soy tu "jet lag". Y en tu radar un punto que viene y va, y en tu radar un mapa sin señal. Densa niebla en Madrid, un mal día para estar sin ti. En mi caja negra hay tantos planes sin cumplir que estrellé en la pista de tu piel. Lima, Delhi y Hong Kong, retrasado hay aquí, "checking" sin dirección, cancelado el porvenir. Busco en cualquier lugar al que quieras ir, pero tú no estás en la terminal. Solo soy tu "jet lag". Y en tu radar un punto que viene y va, y en tu radar un mapa sin señal. Ya no me pregunto donde estas. Un punto luminoso viene y va.
Los hombres se van enamorando de quien se sienten atraídos, las mujeres se van sintiendo atraídas de quien se enamoran.
Gracias Amish, sin ti no habría conseguido ni la cuarta parte de todo lo que tengo.


          
AMARÉ LAS PEQUEÑAS COSAS POR LAS QUE AHORA SONRÍO.
                      
E più mi vorrai e meno mi vedrai, e meno
mi vorrai e più sarò con te.

Senza te.
Y es que, nos queríamos sólo a ratos, para no agobiarnos.


- Venga pide un deseo. - me decía mientras ambos mirábamos pasar una estrella fugaz.
- Ya está. - le dije.
- ¿Qué has pedido? - preguntó inquieto.
- No te lo puedo decir, sino no se cumple. - intentaba hacerme la interesante. Observaba en sus ojos como iba creciendo la duda.
- Va, eso son tonterías, los deseos siempre se cumplen, en este momento tienes al universo trabajando en lo que has pedido así que ya me lo puedes decir. - me decía él con una seguridad inexplicable.
- Pues he pedido un Ferrari - dije sonriente.
- ¿Un Ferrari? - me miró sorprendido.
- Sí, ¿qué pasa? cada uno desea lo que quiere. - exclamé. - además tengo ¡a todo el Universo de mi parte! - le imité. Se me escapó una carcajada.
- ¿Tienes que estropear siempre todos los momentos bonitos? podías haberme mentido y decir "he deseado que me des un beso" o " que estemos juntos para siempre". . . pero no, tú quieres un Ferrari y no tienes ni el carnet.- dijo.
- Es que hoy es Martes. . .- dije enseñándole el calendario de su reloj.
- Sí, ¿y qué? - preguntó tumbándose en el césped.
- Que dijimos que nos querríamos solo de Miércoles a Domingo. . .- dije tumbándome a su lado.
- Ah sí. . . tienes razón. . .- dijo con una voz muy tenue.
- ¿Qué has deseado tú? - le pregunté con la esperanza de que rompiera aquella absurda promesa.
- Pasar una noche con Angelina Jolie. . .- dijo con una sonrisa picarona. - Puestos a pedir.
- Imbécil. - exclamé.
- ¿Qué día es hoy? - usó mis mismas palabras haciéndome burla.
- Martes - dije a regañadientes.
- Pues eso. - dijo concentrado mirando las nubes y los dibujos que formaban en el cielo.
Cuantas maneras de querer, y la única verdadera es la que duele.


Sabes que lo habría dado todo por ti.



Mi tentación más grande, comer poco a poco su piel.
Repararemos nuestro amor con papel de liar y luego, para que la pasión se encienda le prenderemos fuego.
Decía John Lennon que la vida es lo que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes. Y tenía razón. Planeas tu matrimonio, la casa donde vivirás, el colegio al que irán tus hijos. Planeas hasta el color que tendrá el puto sofá. Pero los planes son sólo un dibujo en una servilleta de papel. Y por mucho que te empeñes, al final tus planes le importan una mierda al resto del mundo. Y puedes ponerle cabeza, corazón o un taco de servilletas emborronadas con sueños. La vida tiene otros planes para ti.
Es esa inocencia de creer en los “te quiero” y en las promesas lo que echo de menos. Esa sonrisa pilla que tanto me caracterizaba y no me la quitaban de la cara ni a ostias. Esos "hoy estoy feliz" que hace ya que no digo. Esos momentos de ponerme a dar saltos de alegría sin saber por qué.


~ Es eso lo que echo de menos y no a ti.
Ella el menú y yo el postre.

Y sí, puedo irme con otro. Pero es que yo sólo quiero irme con él.