Había escuchado tantas veces todo lo que valgo que ya ni me lo
creía. Me pregunto de qué me sirve valer millones si no hay nadie dispuesto a
pagarlos. Y es que valemos lo que estén dispuestos a dar por nosotros.
Dime tú qué debía hacer, si dando nada parecía demasiado y si dando demasiado no era suficiente. No hay puntos medios. Eso nunca funciona.
El alcohol, si, el alcohol va por mis venas demasiado deprisa, no puedo alcanzar su velocidad. Habla más rapido que yo.
Sin medios económicos para que un psicólogo me diga que soy idiota perdida. Apareces tú, con no más de un par de euros en el bolsillo para satisfacer el mas estúpido y placentero de los vicios y me das sesiones gratis. Camino guiada por los impulsos y los desgastes en tu diván.
Me sobreviviré a mí misma si es necesario pero necesitaré tus labios para caerme en ellos de vez en cuando, cuando mis pies me fallen.
Dame una cama y unas sábanas y te costruyo un mundo en miniatura.
Que a ti, psicólogo, voy a volverte loco.
Dime tú qué debía hacer, si dando nada parecía demasiado y si dando demasiado no era suficiente. No hay puntos medios. Eso nunca funciona.
El alcohol, si, el alcohol va por mis venas demasiado deprisa, no puedo alcanzar su velocidad. Habla más rapido que yo.
Sin medios económicos para que un psicólogo me diga que soy idiota perdida. Apareces tú, con no más de un par de euros en el bolsillo para satisfacer el mas estúpido y placentero de los vicios y me das sesiones gratis. Camino guiada por los impulsos y los desgastes en tu diván.
Me sobreviviré a mí misma si es necesario pero necesitaré tus labios para caerme en ellos de vez en cuando, cuando mis pies me fallen.
Dame una cama y unas sábanas y te costruyo un mundo en miniatura.
Que a ti, psicólogo, voy a volverte loco.
Fui feliz, o fuimos felices, y esa felicidad que intento
recrear abriendo el cajón de los recuerdos no la he vuelto a ver. Este blog
nació prácticamente en ti, me convertiste en poeta de tu mirada, de tu piel, de
tus besos. Reina de la metáfora, pero también de tu ausencia. Por muchas
personas que pasen por nuestras vidas, este blog lo reservo solo para ti, como
un hueco en mi corazón, dueño del amor más puro que ha podido existir y a la
vez más imposible. Da igual los años y los daños, porque como dijo Coelho “A veces, se desprende más energía discutiendo con
alguien a quien amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias”, y estoy intentando aprender a vivir con ello.
No me culpes,
culpa a la madurez. Estaba escrito que nos amáramos como niños, puramente, sin
maldad, pero ahora somos adultos y la pureza brilla por su ausencia. Hemos
crecido, por desgracia un día decidimos soltarnos las manos para seguir caminos
distintos y aquí nos encontramos, en un absurdo juego de imposibles, un absurdo
juego en el que siempre nos arrepentimos de algunas decisiones tomadas, y
siempre cuestionándonos si será lo mejor para ambos.
Me has hecho daño,
me encantaría poder olvidar frases que he escuchado para poder seguir a pie de
cañón. ¿Serán verdad? Querría preguntarte, aunque fuera con el simple pretexto
de saber algo de ti.
Aún miro mi futuro
y apareces tú, no sé cómo lo haces.
Por favor, que
alguien me dé la clave o haga magia. No sé si volver sobre mis pasos para
encontrar tus huellas y seguirlas hasta alcanzarte. Déjame migas de pan, como
en Hansel y Gretel, que si no nunca te volveré a ver. Espérame. Deja pasar el
tiempo. Deja que la rabia y el rencor se apaguen para volver a empezar.
Deja que esta
herida cicatrice.
Pero no te olvides de mí. Por favor, no lo hagas. Mándame una
señal.
Te quiero y siempre te querré.
A.
Lo que pasa
por Juan Gelman
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche, en la
tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las
sombras,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche, en la
tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las
sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo como
un fuego, y me destruyes, me construyes, eres oscura como
la luz
un fuego, y me destruyes, me construyes, eres oscura como
la luz
(Seguiremos sumando algún día)
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