EL MUNDO SE DERRUMBA Y NOSOTROS NOS ENAMORAMOS.

¿Quien dijo algarabía? Llamémosle arte.

Seguidores

Quiero darle las gracias a los que me han humillado muchas veces. Los que me han fallado una y otra vez. Los que nunca han confiado en mí. Los que me han mentido. Los que me han juzgado sin conocerme. Los que hablan y hablan sin saber. Los que se creen todo lo que oyen. Los que me han insultado. Los que van de amigos y no lo son. Los que me han faltado  cuando más los he necesitado. Los que tienen doble personalidad y doble cara. Los que han dudado de mí y los que han usado alguna que otra excusa en algunas ocasiones. A los que no les he importado, gracias.
Gracias a vosotros soy cada día un poco más fuerte.

Se va un 2011 jodido. Llega un 2012 cargado de experiencias.
Esté en el norte o en el sur, esta ciudad siempre hará encontrarme contigo. Destino, supongo.





UNA TALLA NO PUEDE MEDIR TU BELLEZA

ERES UNA JODIDA DROGA. MI DROGA. ESTOY ENGANCHADA A TI Y JAMÁS TENGO SUFICIENTE. QUIERO MÁS, Y MÁS Y MÁS. ROZAR LA LÍNEA DE LA SOBREDOSIS EN TU CUERPO, ESNIFAR TU OLOR CON FUERZA, Y QUE SE ME QUEDE GUARDADO EN MI MEMORIA PARA CUANDO ME ENTRE EL MONO DE TI. PINCHARME CADA UNA DE TUS PALABRAS EN MIS VENAS Y QUE RECORRA POR TODO MI CUERPO TU ESENCIA. ALARMANTE. UNA YONKI DE TU VOZ CADA VEZ QUE ME DICES EN VOZ BAJA QUE ME QUIERES, MIENTRAS YO TE PREGUNTO (AUN SABIÉNDOLO) CON VOZ DE TONTA "¿MUCHO?" TAN SOLO PARA QUE LO REPITAS Y ME VAYA A DORMIR CON UNA DOBLE SONRISA. REZO PORQUE TÚ TAMBIÉN ESTÉS ENGANCHADO A MI; A MIS MENSAJES DE LAS DOS DE LA MAÑANA, A CADA DOLOR DE ESTOMAGO CUANDO NOTO QUE TE PIERDO Y A ALGUNA LÁGRIMA NO CONFESADA QUE HABLA DE TI. LO MÁS DESESPERANTE ES NO QUERER DESINTOXICARME. QUIERO MORIR CONTIGO. QUE ME MATEN TU CUERPOTU OLOR,TU VOZ Y TUS BESOS.


 No es lo que siento por ti, es lo que no siento por ningún otro.
Dime que vas a ser mío.

Dime que no me vas a abandonar nunca.

Dime que me quieres.

Dime que no tienes pasado.

Dime que no habrá otra como yo.

Dime que soy tu Diosa.

Dime que te abrí las puertas del cielo y no quieres entrar si no es de mi mano.

Dime que soy quien has estado esperando.

Dime que la vida te parece maravillosa a mi lado.

Dime que te gusta mi sonrisa.


Dime que tu mudo se apaga cuando cierro los ojos.

Dime que lo dejarías todo por un minuto junto a mi.

Dime que te mueres por besarme.

Dime que pierdes el culo a cada paso que doy.

Dime que no existe universo más allá de mis sábanas.


Dime que los problemas se van cuando nos damos la mano.

Dime que soy capaz de mover el mundo mientras sea junto a ti.

Dime que te doy alas.

Dime que no quieres volar si no es conmigo.

Dime que te parezco guapa hasta recién levantada.

Dime que no ves mas allá de mi.

Dime que no existen palabras.

Dime que me necesitas.

Dime que tu frontera es mi piel.

Dime que no existen límites.

Dime que te siento bien hasta en exceso.

Dime que tienes ganas de mi.

(Porque yo te lo diría)


El dolor provocado por la ausencia sabiendo que le tengo, puedo soportarlo. El dolor provocado por la inseguridad de ni si quiera saber si le tengo, es demasiado.
La tristeza de sus ojos es mi peor muerte.
Ya sé porqué te quiero. Te quiero porque me haces sentir realmente bien cuando simplemente me haces ver que estás aquí, que no te has ido. Porque cuando me abrazas me siento pequeña, pero protegida, y desde tus brazos todo parece fácil, incluso el mundo parece más pequeño aún que yo misma. Porque soy muy afortunada por poder disfrutarte como ninguna.
Me encanta estar enamorada de ti. Me encanta besarte, abrazarte, acariciarte, sentirte... porque una de las cosas que mas feliz me hace en este mundo es sentir tu respiración y poder mirarte nariz con nariz mientras estamos piel con piel.
No seremos perfectos, pero cuando estamos juntos te juro que nos aproximamos.

ERAMOS POCOS Y PARIÓ LA ABUELA
Yo te amo con la fuerza de los mares. Yo, te amo con el ímpetu del viento. Yo, te amo en la distancia y en el tiempo. Yo, te amo con mi alma y con mi carne. Yo, te amo como el niño a su mañana. Yo, te amo como el hombre a su recuerdo. Yo, te amo a puro grito y en silencio. Yo, te amo de una forma sobrehumana. Yo, te amo en la alegría y en el llanto. Yo, te amo en el peligro y en la calma. Yo, te amo cuando gritas, cuando callas. Yo te amo tanto, yo te amo tanto…
¡Ámame! Sin temor,
confía en mí sin cuestionarme,
cuenta conmigo sin preguntarme,
quiéreme sin restricciones,
deséame sin inhibiciones,
acéptame sin cambiarme...
Porque un amor así de libre
jamás morirá.
Cuantas veces escribí los planos de mi huída y al amanecer los cambié por tu sonrisa fugitiva.
Me apetece tumbarme sobre ti, besarte y permanecer así un rato, o toda la vida si pudiéramos. Intercalando besos y palabras. Y suspiros. Y silencios. Sintiéndote conmigo. Me apetece hacerte rabiar, que me llames idiota. Me apetece preguntarte cuanto me quieres aunque me lo repitas continuamente. Y decirte que yo te quiero más. Me apetece morderte. Ponerte nervioso. Tocarte. Hacer el amor y llenarme de ti. Ducharnos juntos y volverlo a hacer. Quiero abrazarte y pensar en ese momento, que nunca te soltaré. Ni que tú me soltarás. Porque siempre estaré abrazándote. Con mis palabras. O con mis brazos. Pero siempre cogida a ti. Para no dejarte escapar. Me apeteces tú, siempre me apeteces tú. Y cuando digo eso, también incluye todo lo anterior.


Tengo una necesidad tan grande de describirle con palabras como le siento, qué repercusión tiene una sonrisa suya en mí (que para mí es mucho más que un “hoy estoy feliz”), un beso, un abrazo,  una caricia, una palabra… como un abrazo suyo hace que me sienta pequeña, insignificante, pero protegida, que no lograrían soltarme de él ni a empujones. Me encanta cuando me mira a lo lejos, porque por mucha gente que haya a nuestro alrededor, se que el verde de sus ojos es mío, al igual que sus manos, su nariz, su boca… Tengo necesidad de tratar de explicarle el vacío incalculable que deja cuando desaparece tras la puerta, y como su olor, que se va con él, deja rastro imborrable en mi memoria, como sus besos en mis labios, sus manos en mi cintura, su sonrisa en mi sonrisa. Pero, no existen palabras suficientes para explicar todo eso, y es tan grande el lugar que ocupa que muchas veces no me permite pensar con claridad, y aparece la impotencia, y entonces, lo único que puedo hacer es besarlo más y más.

Búscame cuando te apetezca, cuando notes que me echas de menos, cuando te mueras de ganas de tenerme, cuando no tengas a nadie que te diga que te quiere, cuando eches en falta las risas, las caricias, las conversaciones, los abrazos y las locuras. Búscame cuando necesites alguien que te sorprenda, cuando te des cuenta que nadie tiene esos detalles, cuando necesites que te digan lo especial que eres, lo bonita que es tu sonrisa y lo guapo que estas cuando te enfadas. Búscame cuando mires el móvil esperando que te hable, cuando salgas y sin darte cuenta me busques con la mirada entre la gente, cuando inesperadamente alguien te toque la espalda y al girarte esperes que sea yo.
 Creo poco en el amor y bastante en el sexo
 Ojala fuera cierto... 

Sería más fácil compartir con una persona de todo menos sentimientos. Nos ahorraríamos problemas, seríamos animales de instintos primarios. 
Pero es que yo soy una enamorada del amor, amor en todas sus formas. Muchas veces he deseado no haber despertado ese sentimiento nunca, porque una vez que empiezas no puedes parar, y llega a ser horroroso perder la cabeza por un par de ideas fuera de lugar.
Nos venden el amor como una simple coincidencia de sentimientos y ¡no! Es mucho más que eso. El amor no es besar, ni tener pareja, ni relaciones sexuales. No necesitas a otra persona para sentir amor, de hecho, no necesitas nada, solo que cualquier día, el menos pensado, se te vaya la cabeza y sin darte cuenta empieces a hacer planes disparatados e imposibles que ni siquiera sabes si algún día llegarán a cumplirse, castillos en el aire le llaman. Pero, al igual que hay gente que cree en Dios, todos necesitamos creer en algo, y no creo que haya algo más bonito que creer que el amor existe siempre en alguna parte de nosotros, siendo siempre esta lo mejor de uno mismo.
Las relaciones se toman y se dejan como si se tratara del consumo de productos dejando a nuestro paso un reguero de corazones rotos, tal vez el nuestro. Queremos relaciones profundas, seguridad y a la vez absoluta libertad para probar otras cosas. Queremos consumir y consumir pero nos aterra que nos consuman.


¿Nunca has sentido que te faltaba el aire, que no podías respirar, que se te quedaban las palabras atascadas en la garganta, que el dolor te taponaba los oídos y que lo único que necesitabas era salir corriendo de ese lugar?
¿Nunca has sentido que se te oprimía el pecho, que necesitabas gritar, que querías darte cabezazos contra cualquier pared, que necesitabas pagar todo lo que te pasa con algo, que las lagrimas salían con rabia?
¿Nunca has sentido que necesitabas estar sola, que no querías oír nada, que no querías pensar, que necesitabas pasear sin rumbo por cualquier lugar, que las cosas eran diferentes a como eran todos los demás días del año?
¿Nunca has sentido el impulso de salir corriendo, de necesitar desaparecer, de querer esfumarte, de no poder existir, de que tu sonrisa era imposible, de no poder contener las lagrimas? ¿Has tenido alguna vez miedo a no poder dormir?
 Esto es como una partida con las cartas marcadas. Ya sabes quien va a ganar, pero tienes que jugar hasta el final.
Podrían preguntarme de quién es el hilo que tira de mis comisuras y las mantiene altas, formando un pequeño hoyuelo que sólo él ve, y diría su nombre. Podrían preguntarme en qué me refugio cuando se apaga la luz y de quién son los orgasmos que brotan de mi garganta cuando me toca, y diría su nombre. Podrían preguntarme que es lo que más echo de menos y que es lo que más temo dejar de sentir, y diría su nombre. Podrían preguntarme de quién es ese olor que electriza y prohíbe a mis músculos e instintos respirar, ese olor que consigue dulcificar y a la vez excitar cada movimiento, ese olor por el cual moriría, y diría su nombre. Podrían preguntarme quién marca la constante de mis latidos, y diría su nombre. Podrían preguntarme por lo único por lo que daría mi alma, y diría su nombre sin dudarlo.
Y aún así nadie lo entendería, nadie entendería que no lo puedo querer más porque él no es más grande, que
el secreto de nuestra felicidad reside en que el dolor de su hombro derecho y de mi hombro izquierdo supera el de la ausencia porque significa que hemos estado juntos, que no encuentro momento más completo que el estar tumbada sobre él en una cama de sábanas arrugadas mientras me mira fijamente, que adoro escucharle sonreír cuando lo abrazo y le susurro que quiero morir así y él responde con un “ojala...”. Es su nombre... Sólo su nombre. Y nadie puede entenderlo. Ni siquiera yo.
 Los momentos contigo solo hacen que ansíe más y más de ti. Creo que eres adictivo.
Bienvenidos a la estación más odiada por los enamorados. Verano.
Novios que van, novios que vuelven y rollos para hacer más llevadera la ausencia. Celos, peleas, cuernos, reencuentros, promesas rotas, súplicas y distancia, sobre todo distancia.
Pero si no tienes nada, no tienes nada que perder.
Jamás debí saltarme las reglas del juego.
Y cuando crees que por fin todo ha pasado, vuelves a caer en el odioso juego cuyas reglas las marca el corazón.

Demasiado desafío,
yo no puedo ser tan fuerte.
Hoy voy a hacer lo que realmente me apetezca. Voy a comerte la boca a cada milésima de segundo. A clavarte mis pupilas como si fueran chinchetas. Mandaré a mis labios de excursión por tus orejas susurrando palabras sin sonido. Me volveré muda, hablándote con las manos que son las que mejor se entienden. Para el reloj. Me importa una mierda la hora que sea. Si es de día o es de noche a nosotros no nos afecta. Las estrellas las veremos igual, y el calor del sol nos cocerá a fuego lento. Súbete conmigo a esa montaña rusa donde el ritmo lo marca los latidos de mi pecho. Donde tú y yo lo único que tenemos que hacer es dejarnos llevar. Donde voy a quererte hasta la última letra de tu nombre. Porque eso es lo que me apetece hacer hoy.
En resumidas cuentas, que te mire y piense:

Qué suerte tengo de tenerla.
¿Casualidad? No lo creo.

La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos. La estiras, la extiendes y nunca es suficiente. La sacudes, le das patadas, pero no llega a cubrirnos, y desde que llegamos llorando hasta que nos vamos muriendo sólo nos cubre la cara mientras gemimos, lloramos y gritamos.
La felicidad se encontraba cinco filas de mesas a la derecha de la mía.


Y no sabes cuanto me alegro de que hayas cambiado mi vida en tan poquito tiempo.
GRACIAS
Tardo mucho en arreglarme, odio los problemas y a las zorras sin razón, amo los cds antiguos y vagueo en vacaciones. Canto cuando quiero, cuando estoy triste para alegrarme, cuando te vas para consolarme. Voy al cine dos veces al año y me encanta que huela todo a colonia. Que me dejen con ganas de más para mí es pecado, quien no adore mi personalidad es culpa suya, no mía. Quien se pierda conmigo una noche, despierta por la mañana con una buena sonrisa. Quien me enseñe a no decir palabrotas es un genio, y quien me diga que he perdido, no tiene ni idea de lo que soy capaz de hacer.
Húndeme en besos, olvida el olvido.

Tengo la risa torcida y los ojos de dos colores. Tengo las piernas cansadas, las rodillas frías y mis pies dan tropezones. Tengo el alma ennegrecida, la lengua humedecida y un corazón que sangra a borbotones. Una garganta que ladra, una cabeza que piensa y que por andar despacio y tan tiesa, se ensaña con migrañas cada mañana porque nadie me acompaña. Tengo dedos que dibujan y las uñas largas, como las de las brujas. Tengo gatos en la espalda que maúllan porque te extrañan y música en las orejas, para no escuchar a la vida y estar como las viejas. Los codos arrugados, y en las palmas de mis manos árboles que mueren a causa de mis pecados. Me falta un hervor con aceite y el orégano, que en mi paladar tiene cierto deleite. 


Tengo el cuello congelado y tengo besos sin amparo.
Le dije nena salvame de la tristeza de la…
pena y dame fuerzas de flaqueza
que en este feo mundo que ha perdido la cabeza
yo le rezo a tu belleza




Tienes el sabor del rock de camerino fácil, llevas esa onda sol de princesita dócil, sola con tu cinturón y con aspecto frágil, nadie quiere auto-control con una chica fácil.
Decimos que superamos las cosas, cuando ya no nos afectan; cuando no están presentes los detalles; cuando recordamos más con nostalgia los tiempos vividos, que con rencor o tristeza por lo ocurrido. Igual que las personas que decidimos sacar de nuestras vidas.


Las superamos no cuando cumplimos X cantidad de tiempo sin verlas; sino el día que, estando en un mismo espacio, ya no hacen diferencia.
Hicimos el amor muchas noches. Y muchas mañanas. Y muchas tardes.
Teníamos tanta magia que parecía gastarse en un revolcón.
Lo nuestro fue intemporal. Tuvimos segundas partes. E incluso terceras. Tuvimos de todo mientras éramos uno.
Pero ya, no hacíamos el amor. Ya, no nos queríamos.
Hubiera matado monstruos por ti, como dice la canción. Me hubiera muerto yo, por un beso tuyo hace mucho tiempo. Pero el tiempo pasa. Y con él, la distancia.
Y te veo. Te abrazo. Pero no me sale besarte.
Y ahora no sé en lo que me habré convertido, qué dices que soy....
Pero me va el juego. Lo que menos se parezca al amor. Me va lo de quiéreme un ratito, y si eso después me voy.





Always, all ways.
  • ¿Sabéis por qué tenemos faros? Porque orientan a los barcos en la oscuridad y los mantienen a salvo evitando que choquen contra las rocas, cuando te encuentras con una tormenta y las olas no paran de golpearte, cuando crees que ya nunca volverás a tierra y que estás a punto de romperte en mil pedazos, ahogarte y hundirte en el agua...
  • A veces, me gustaría tener un pequeño faro en mi vida. Un faro que se encienda y me avise cada vez que voy a tropezarme y caerme al suelo, un faro que me guié al lugar correcto, que me oriente hacia donde tengo que ir, y me prevenga de hacia donde no debo ir...
    Si nos ponemos a pensar, seguro que tenemos a un amigo que hace las mismas funciones que un faro... siempre está ahí y se enciende, dándonos consejos.
    Sin duda... todos tenemos un pequeño faro en nuestras vidas y sin duda, tú eres uno, perdóname.
BRETAGNE
Are you calling me darling?
Are you calling me bird?
No vas a estar más lejos que esto, porque ya es imposible acrecentar más las distancias; y aún no has salido de mi. Estuviste en mi médula espinal desde el principio, en cada uno de mis huesos, en mi núcleo. Y no sé cómo conseguiste llegar hasta ahí, no sé si me dejé alguna puerta abierta o aprovechaste un momento de debilidad; pero desde entonces no encuentro la manera de sacarte.
Y puede que no lo haya intentado con la suficiente fuerza o insistencia. Me falta algo muy relevante: las ganas. Llevo conmigo siempre el orgullo de haber conseguido que me miraras. Sin hacer nada especial. Al menos una vez en la vida. O dos.
Sé que no podría huir de ti ni queriendo. Y no se trata de que me persigas; para nada. Pero eres tan determinante, que estás inscrito en mi ser. Esté donde esté, siendo quien soy, acabaré encontrándote conmigo. O encontrándome contigo. Aunque sea un momento al día, o un segundo.
4 Abril 2010.


Aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche. Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Que el amor no tiene la fuerza que imaginé. Que nunca conocemos a una persona de verdad. Que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mamá con un, “ya pasó todo pequeña”. Que el “nunca más” nunca se cumple y que el “para siempre”, siempre termina.
Dices que quieres morir por amor, pero no sabes nada de la muerte, ni sabes nada del amor.