EL MUNDO SE DERRUMBA Y NOSOTROS NOS ENAMORAMOS.

¿Quien dijo algarabía? Llamémosle arte.

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Te la jugaste. Pensabas que estaba entera, pero estaba rota por dentro.
He de reconocerte que no las tenías todas contigo, pero lo conseguiste, y ahora estás aquí, y tus abrazos juntan mis pedazos de nuevo.
Miramos al mar, y me parece tan infinito como tus besos. Eres mi faro, mi brújula y mi mapa, y quiero recorrerte entero, desde el norte de tus ideas al sur de tu piel.
Me inspiras, me haces metáfora y conviertes mi mundo, nuestro mundo, en poesía.
No saben lo que es fortuna si no tienen cerca.

Carta abierta a un ex:
Te parecerá mentira que al abrir esta carta todavía sus hojas huelan a la colonia que me regalaste. Te parecerá mentira que asuma que no he tirado los anillos, ni rompí las fotos, que he cerrado el pasado, pero que me hizo aprender tanto, que elijo no borrarlo. Y que estas letras son lo mínimo que le puedo dedicar a alguien con quien compartí vuelos infinitos por el cielo de nuestra ciudad.
Permitirme decir adiós sin culpas y verte marchar sin rencores han sido las decisiones más sensatas de mi vida. Por eso, en esta carta no voy a dedicarte ni un sólo reproche, porque ya no te los mereces, es más, te mereces toda la felicidad del mundo junto a alguien que de verdad te haga sentir todo aquello que tú y yo sentimos al inicio, incluso más, si es que se puede. Porque ojalá lo sientas todo: el amor, la ilusión, la pasión, la complicidad y la lealtad. Reconozco que tuve miedo a que la soledad se instalara en mi vida si tú no estabas detrás de mis planes, detrás de mis tardes de paseo, detrás de mis noches de pasión y detrás de mis domingos de invierno. Nada que ver, cuando rompimos tuve que cambiar las rutinas a las que tan acostumbrada estaba, pero jamás me sentí sola. Y por eso también te doy las gracias, porque tuvimos que separarnos para entender que éramos dos y que cada uno de nosotros se apoyaba en unos pilares diferentes, pero igualmente sólidos. Seamos justos con nosotros mismos, aceptemos que no merecíamos hacernos tanto daño siendo tan jóvenes, que sólo somos el recuerdo de la pasión que nos tuvimos. Vamos a dejar de pasear por la esquina en la que nos dimos el primer beso para intentar reproducir millones de veces aquella sensación de triunfo, y vamos a salir a la calle a cumplir todos los proyectos de los que tantas veces hablamos juntos, ahora por separado. Quiero verte dentro de algunos años como el hombre triunfador del que me enamoré y que tú veas en mí la mujer entusiasta que te cautivó. Estas letras están cargadas de perdones, quédatelos todos, yo ya les he dado uso. Y, sobre todo, sé feliz como si mi nombre jamás hubiera sido herida entre tus labios. 


- @julitaerre
Cuando quieres a alguien hasta el punto de perderte a ti mismo. Y cuando la heridas no paran de sangrar, que ojalá me dejaran cicatriz para poder ir presumiendo de la dura batalla. Pero no, tu nunca cicatrizas, siempre serás una herida abierta, una sección en pleno corazón abierta de par en par, en la que cualquiera puede meter la mano, pero solo tu eres capaz de llevártelo.
"Es por la magia, por el ruido, por las interferencias.
Es por la complicidad; por los besos en la nuca.
Es porque tú en invierno siempre has sido primavera.
Es pura y sinceramente porque eres la única persona,
por la que yo renunciaría al resto."

(Y así ha sido siempre)

5411.
Da igual las veces que tenga que volver a intentarlo, las veces que vaya a arrastras. Da igual las veces que tenga que fallar, que tenga que caer y levantarme, por verte cada día en mi cama. Da igual las guerras que me declares mientras siempre acabemos tumbados en el mismo colchón.
Necesito escapar. 
Cambiar de perspectiva. 
Ordenar mi escala de grises, 
porque ahora todos se asemejan al negro.
Yo quiero una nueva escala cromática. 
Quiero pintarte de rojo pasión,
que yo sea de un amarillo intenso.
Quiero verte en un rosa romántico y 
nuestro futuro con el color de la esperanza. 

Lo he intentado. Lo prometo. Lo intenté con todas mis fuerzas, pero hoy es una de esas noches en las que rozo el límite. Y ya no puedo más, ya no se cómo hacerlo.
Le he dado mil vueltas. Y realmente aún no sé si lo que necesitas es estar sin mi.
Dios, como odio esto.
Te parecerá increíble, pero media parte de mi es tuya, y joder, como duele.
Me he mantenido callada, en serio. He intentado ser ideal, mantenerme a raya, pero no puedes hacerte una idea de cómo me desangro cada vez que de tu boca sale alguna palabra relacionada con ‘nosotros’.
‘Nosotros’, si, porque ya no se qué pensar, ya no se cómo actuar, ya no se qué soy, ya no se quién soy, ya no se a donde voy y ya no se qué esperar.

Lo único certero ahora mismo es que duele.