Eres mío y soy tuya.
Sí, se que suena posesivo, pero se me parte el alma si por un segundo imagino que te vas con otra. Si te cansas, no podré soportarlo. Eres tú y soy yo, hemos sido y tenía la esperanza de que seríamos. Quiero ser contigo.
No quiero recuerdos, no quiero un mañana, no quiero una playa, ni una biblioteca si no es contigo. No quiero un parque, no quiero una película, no quiero una risa si no lo voy a compartir contigo. No quiero horas ni minutos ni segundos si no voy a aprovecharlos junto a ti. No quiero crecer ni quiero viajar si no estás conmigo para descubrir todo lo que nos queda por ver. No quiero más besos ni abrazos.
No podré levantarme cada mañana.
Hoy
me gustas cerca. Tan cerca que casi nos fundimos en uno. Hoy me gustas dormido.
Observar el baile de tu pecho al compás de tu respiración, y de vez en cuando,
tus suspiros. Hoy me gustas encantado. Recorrer con mi mirada tu silueta y
pensar que acabas de caer desde el mismo cielo hasta mi cama. Hoy adoro tus
despertares y el silencio entre tu abrir de ojos y el primer parpadeo. Hoy me
gustas perfecto. Cuando me fijas la mirada. Me gusta la curva de tus labios
cuando ves que esperaba este momento. Me gusta cuando te desperezas bajo las
sábanas en un gesto de placer y parece que no te importaría morir así. Hoy me
gustas volviendo a la vida. Yo sé que no hay momento más magnífico que en
el que nuestros labios se acompasan en una sonrisa, y a mí sí que no me
importaría morir en este gesto de amor. Hoy desprecio el mundo porque mi cielo
cabe en una habitación y la tierra que deben tocar mis pies no es más que tu
piel. Hoy me sobra habitación porque quiero seguir en la cama. Hoy me gustas tú. Hoy te quiero siempre. Hoy el cielo no queda tan
lejos si me agarras de la mano.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)