EL MUNDO SE DERRUMBA Y NOSOTROS NOS ENAMORAMOS.

¿Quien dijo algarabía? Llamémosle arte.

Seguidores

Recuerdos

Entonces decide encerrarles en una cajita. A todos y cada uno de ellos. Esa cajita bien cuidada, procura colocarla en un lugar fuera del alcance de cualquier agente externo capaz de tan sólo rozarla. No. No está dispuesta a dejarla vulnerable a algún daño.
Antes de subirse en la silla que la ayudará a depositar la cajita en lo más alto de la librería de su cuarto, se asegura de no haberse olvidado nada por meter. Playas, bancos, escaleras, paseos a escondidas, llamadas telefónicas. Si, está todo. La gustaría meterse en esa caja, encerrarse con cada uno de sus recuerdos y huir. Huir hacia un lugar decorado especialmente para ella y su inocencia. Pero no hay cajita que pueda guardar tal espíritu de libertad. Es entonces cuando no se le ocurre otra cosa que llorar. Llora y llora largo tiempo. Sin darse cuenta de que cada una de las lágrimas esta mojando el papel que envuelve su querida cajita…

3 comentarios:

ChicaGuau dijo...

Yo siempre dejo los recuerdos en una cajita, para no recordarlos nunca más.
¡Un beso!

Smily dijo...

Los recuerdos terminan apareciendo aunque se guarden en el más oscuro rincón.
¡Un beso!

Anónimo dijo...

En una cajita, ¿eh? No, no yo. Las cajitas son frágiles, se rompen, se pierden, se cierran para siempre o a veces duele mucho abrirlas. No. Es más sencillo dejar los recuerdos esparcidos dentro de tu cuerpo, nunca te separaras de ellos, y es que, bueno, somos recuerdos.
Me gusto tu blog (: jajaja, lo extraño es que me da ganas de llorar. No es la música, no es lo que escribes, pero me recuerda a algo que me da pena; y ni si quiera se que es. Sí, me gusta tu blog.